Lo que sigue es un ácido e incendiario manifiesto contra la juventud actual. Lo encontré en un libro de Sociología para el ensayo del curso de teorías antropológicas, y desde que lo leí comprendí que contenía mucho más de verdad que de mentira o exageración.
Obviamente no responde al cien por cien de la juventud, sólo faltaría eso. Pero sí que puede considerarse como un reflejo bastante aproximado de las actitudes y posturas de los jóvenes hacia el mundo, sus semejantes, y su propio futuro.
Obviamente no responde al cien por cien de la juventud, sólo faltaría eso. Pero sí que puede considerarse como un reflejo bastante aproximado de las actitudes y posturas de los jóvenes hacia el mundo, sus semejantes, y su propio futuro.
Este manifiesto (que fue publicado en 1992 en la revista "El Europeo"). Habrá quien lo considere excedido o radical, pero si reflexiona verá que hay evidencia suficiente para aceptarlo como esencialmente correcto.
Quizá sólo los jóvenes que se sientan identificados serán los que no estarán de acuerdo. De todas formas, aquí estaré para rebatir encantado a quien sugiera que el Manifiesto erra de pleno respecto a nuestra querida juventud peruana.
MANIFIESTO CONTRA LA JUVENTUD
1. Contra el síndrome juvenalista que infecta a la sociedad occidental y prestigia el sector más inútil, ignorante, vacío y conservador de la misma.
2. Contra los jóvenes en general de nuestro tiempo, por su actitud llorona y cobarde. Su falta de imaginación y de generosidad. Su pasividad en las propuestas de futuro. Su ovejuna conversión en masas consumistas disciplinadas y acríticas.
3. Contra los estudiantes. Ceporros hibernados en las cárceles del aula, que aceptan todas las vejaciones del sistema con el único motivo de ganar algún dinero el día de mañana.
4. Contra los dóciles lameculos que creen que su juventud es un grado de gracia que les concede el privilegio de la impunidad.
5. Contra los artistas jóvenes. Metástasis funesta, copiones, descerebrados. Satisfechos en sus ridículas aportaciones. Que todavía confían en que el arte sea un mercado.
6. Contra la música juvenil. Contra la industria, los músicos, los grupos tarados. Se os acaba el chollo: hasta los niños se están aburriendo con vosotros.
7. Contra las discotecas. Catedrales histéricas donde el alma juvenil se disuelve en blando infierno. Bebedores de refrescos, zampabollos impotentes...
8. Contra la moda juvenil y su obsesión por las marcas. Jerarquía espúrea, clasismo de calcetín, que es escuela de racismo, ligereza de opiniones y desprecio por el otro.
9. Contra los jóvenes parados. Auténticas marmotas en posición sodomizable. Sacos repletos de autoestima, que no inventan nada, ni se van de casa, ni emigran, ni siquiera se disuelven en el aire. Sólo dejan de llorar mientras están bebiendo.
10. Contra la industria completa del juvenalismo, con sus potingues falsarios, sus modelos desfasados, su mensaje enfermo y mentiroso.
11. Contra los que se obsesionan con el cuidado del cuerpo. Los que pedaleando al infinito en un palmo de terreno disminuyen su grasa y su cerebro. Condenados al fin, acomplejadas bestias, a trotar y a trotar hacia la muerte.
12. Contra los que se cambian de cara, los rejuvenecidos. No nos engañáis, sabemos que sois realmente viejos, a pesar de la máscara.
13. Contra la estupidez general que emerge, fluye, vuela y amenaza con ahogar lo que de humano queda en nuestra arquitectura de la nada.
Quizá sólo los jóvenes que se sientan identificados serán los que no estarán de acuerdo. De todas formas, aquí estaré para rebatir encantado a quien sugiera que el Manifiesto erra de pleno respecto a nuestra querida juventud peruana.
MANIFIESTO CONTRA LA JUVENTUD
1. Contra el síndrome juvenalista que infecta a la sociedad occidental y prestigia el sector más inútil, ignorante, vacío y conservador de la misma.
2. Contra los jóvenes en general de nuestro tiempo, por su actitud llorona y cobarde. Su falta de imaginación y de generosidad. Su pasividad en las propuestas de futuro. Su ovejuna conversión en masas consumistas disciplinadas y acríticas.
3. Contra los estudiantes. Ceporros hibernados en las cárceles del aula, que aceptan todas las vejaciones del sistema con el único motivo de ganar algún dinero el día de mañana.
4. Contra los dóciles lameculos que creen que su juventud es un grado de gracia que les concede el privilegio de la impunidad.
5. Contra los artistas jóvenes. Metástasis funesta, copiones, descerebrados. Satisfechos en sus ridículas aportaciones. Que todavía confían en que el arte sea un mercado.
6. Contra la música juvenil. Contra la industria, los músicos, los grupos tarados. Se os acaba el chollo: hasta los niños se están aburriendo con vosotros.
7. Contra las discotecas. Catedrales histéricas donde el alma juvenil se disuelve en blando infierno. Bebedores de refrescos, zampabollos impotentes...
8. Contra la moda juvenil y su obsesión por las marcas. Jerarquía espúrea, clasismo de calcetín, que es escuela de racismo, ligereza de opiniones y desprecio por el otro.
9. Contra los jóvenes parados. Auténticas marmotas en posición sodomizable. Sacos repletos de autoestima, que no inventan nada, ni se van de casa, ni emigran, ni siquiera se disuelven en el aire. Sólo dejan de llorar mientras están bebiendo.
10. Contra la industria completa del juvenalismo, con sus potingues falsarios, sus modelos desfasados, su mensaje enfermo y mentiroso.
11. Contra los que se obsesionan con el cuidado del cuerpo. Los que pedaleando al infinito en un palmo de terreno disminuyen su grasa y su cerebro. Condenados al fin, acomplejadas bestias, a trotar y a trotar hacia la muerte.
12. Contra los que se cambian de cara, los rejuvenecidos. No nos engañáis, sabemos que sois realmente viejos, a pesar de la máscara.
13. Contra la estupidez general que emerge, fluye, vuela y amenaza con ahogar lo que de humano queda en nuestra arquitectura de la nada.
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